Estamos a una semana vista de nuestra gran escapada al Valle de Aran, durante estos dias las sucesivas entradas en el blog van a estar centradas en los Pirineos, en esta primera os dejo información sobre una serie de actividades que se van a realizar para conmemorar el Año de los Pirineos. Las fotos que adjunto son de nuestra estancia en Benasque en el año 2009.
25 DE JUNIO AL 9 DE JULIO
Pyrineo, la Gran Travesía, para recorrer el mazizo
Para celebrar el Año de los Pirineos, la Comunidad de Trabajo de los Pirineos organiza 'Pyrineo', la Gran Travesía para descubrir y celebrar el macizo, en un ambiente alegre y festivo. ¡Desde el día 25 de junio al 9 de julio!
Saliendo del Atlántico y del Mediterráneo, pasando por España en el sur y por Francia en el norte, visitando los lugares pirenaicos más bonitos, cuatro recorridos y una serie de unos sesenta paseos inéditos van a converger en el corazón de los Pirineos, en el Valle de Azun, para celebrar la gran fiesta de los Pirineos el día 9 de julio de 2011.
Este acontecimiento excepcional clausurará los quince días de descubrimiento del macizo pirenaico a través de sus lugares emblemáticos durante paseos fáciles de entre 3 y 6 horas, que abarcarán un desnivel de entre 400 y 800 metros. Pueden participar tanto los particulares como los grupos de amigos, asociaciones y otros participantes de la montaña (se han previsto fórmulas especiales que ofrecen la totalidad del paseo, de 15 días, una semana o varios días) y también se realizarán propuestas adaptadas para los clubes y asociaciones.
En total, se han previsto ocho puntos de unión para veladas festivas y encuentros en torno a la cultura pirenaica: en Euskadi (25 de junio), Navarra (1 de julio), Aragón (5 de julio), Andorra (29 de junio), Languedoc-Rousillon (25 de junio), Aquitania (7 de julio), Mide-Pirénées (9 de julio) y Cataluña (28 de junio).
Las ocho etapas enmarcadas dentro de cuatro itinerarios por los Pirineos:
Euskadi
A semejanza de su cultura y de su lengua, el euskera, la naturaleza de Euskadi está repleta de matices y contrastes. Frescor y vitalidad del océano frente a rudeza y belleza salvaje de las montañas costeras y del interior. Sutil alquimia de un país mosaico que invita a descubrirlo.
En Euskadi, los contrastes y la diversidad son la norma: bosques profundos, relieves puntiagudos pero con alturas modestas, acantilados verticales y playas de Vizcaya y de Guipúzcoa frente al océano o incluso anchas llanuras de Álava que observan la tórrida meseta castellana... Las montañas costeras de Jaizkibel o del pico de las Tres Coronas no pueden eclipsar las cumbres y las sierras del interior (Aralar, Aitzkori, Elgea, Gorbeia, Peña y Salvada) de las cuales muchas están protegidas o consideradas como parques naturales. El espíritu de montaña de los vascos nació en sus cimas, recorridas en adelante por múltiples senderos balizados.
Aquí, la naturaleza nunca estuvo lejos de la civilización. Así pues, el visitante y el senderista tuvieron el privilegio de descubrir espacios naturales junto a las zonas urbanas o de grandes ciudades, como la costa junto a San Sebastián o a Irún, vecina de Hendaya, con parques naturales, reservas de la biosfera, biotopos protegidos y futuros espacios protegidos. Vínculo entre mar y montaña, el GR11, gran sendero de senderistas pirenaicos que vincula el Atlántico con el Mediterráneo, toma todo su impulso en el cabo Higuer, punto más occidental de los Pirineos, en Fuenterrabía. La oferta cultural se expresa en su idioma, sus fiestas y tradiciones, su patrimonio histórico y artístico ampliamente reconocido que forma la esencia y el origen de Euskadi. Sin olvidar su formidable gastronomía que irradia a través de sus chefs, sus infinitas mesas y sociedades gastronómicas en las cuales, la tradición rima con la convivencia.
Aquitania
En Aquitania, los Pirineos reciben la denominación de atlánticos. Son primeramente vascos, antes de ser berneses. Los primeros contrafuertes del macizo pirenaico dominan las playas de la costa vasca. De Hendaya sale el famoso GR10, el sendero de la gran travesía, que recorre toda la cadena hasta Banyuls. Desde la cumbre de la Rhune, montaña emblemática del País Vasco a la que podemos llegar mediante un trenecito de cremallera, los Pirineos se extienden a lo largo de algo más de 110 km a vuelo de pájaro en Aquitania.
Desde Saint-Jean-Pied-de-Port, hay que pasar 6 puertos para llegar al valle de Sola: Haltza, Haritzcurutche, Burdincurucheta, Heguichouria, Bagargui y Organbidexka, nombres difíciles de pronunciar para todo aquel que no hable euskera, la lengua vasca. Aquí, a caballo entre Francia y España, entre Sola y la parte baja de Navarra, se une a la montaña el mítico bosque de Irati, repleto de leyendas y creencias populares. Crómlechs y dólmenes dan testimonio de una civilización pastoral antigua.
Una cadena de 110 km a vuelo de pájaro, pero si tomamos la carretera de los puertos, nos hará falta mucho más para atravesar los célebres valles de Berne, Barétous, Aspe y Ossau, recorrer los puertos míticos de alta montaña, Tourmalet, Aubisque, Pourtalet y codearnos con las cimas más prestigiosas ubicadas en el Parque Nacional de los Pirineos Occidentales y dominadas por el majestuoso Pico del Midi de Ossau (2.884 m). Ya sean vascos o berneses, los Pirineos son tierra de tradiciones, heredadas del pastoralismo. El ritmo de la vida está marcado por la trashumancia estival, la dirección de los rebaños hacia los altos pastos, por los pastores, un espectáculo popular completamente escrito en vasco, y otras fiestas que rinden homenaje al folclore y a los productos locales, donde los contadores regionales y pastores silbones rivalizan en talento...
Midi-Pyrénées
Midi-Pyrénées se escribe con P mayúscula, como los Pirineos. Así pues, es la región francesa cuya cabeza y hombros se encuentran ubicados en el macizo pirenaico, gracias a tres de sus provincias: Hautes-Pyrénées, Haute-Garonne en su parte sur y por último, Ariège.
Cerca del 60% de las estaciones de esquí de la vertiente francesa y la mitad de las estaciones termales se ubican allí. A penas superados por los corredores del Tour de Francia, los nombres de sus puertos adquieren un gran prestigio: Tourmalet, Aspin, Peyresourde, Portet d’Aspet, Agnes, Pailhères… Y sus «Grands Sites» (lugares emblemáticos) expresan la profusión y el ingenio hasta en la historia y en la cultura: ciudad mariana de Lourdes, circo de Gavarni, Cauterets-Puente de España, observatorio del Pico del Midi y Bagnères-de-Bigorre, Luchon, Saint-Bertrand-de-Comminges pero igualmente, castillo de Foix y patrimonio decorado de la Ariège prehistórica…
Espacios protegidos y tranquilos
Desde 1967, hemos preservado allí la fauna, la flora y los puertos de altura, gracias al Parque nacional de los Pirineos, a caballo con Aquitaine. Han seguido los parques naturales regionales de los Pirineos catalanes y el de los Pirineos de Ariège, las reservas naturales, e igualmente, otras figuras de conservación de los territorios. Con asiduidad, se practica el senderismo, valles preservados hasta las cimas de más de 3.000 metros:
Balaïtous, Vignemale, Perdiguère, Montcalm, Pica d’Estats… Estas subidas no deben hacernos olvidar muchas cimas más modestas, igualmente fascinantes, al alcance de todos, infinitos lagos, estanques y curiosidades como objetivos de paseos y senderos. Los Pirineos son a la carta ¡solo hay que elegir!.
Aragón
En la vertiente española, los Pirineos aragoneses son el reflejo de la fastuosidad de los centros de montaña con belleza salvaje y grandes formaciones geológicas como los cañones de la sierra de Guara. Un terreno de aventuras tan bien señalizado como sus senderos...
Al norte de la Comunidad Autónoma de Aragón, la naturaleza adopta un papel principal en los Pirineos aragoneses. Aquí, la magia de la vertiente sur está completamente latente, con una luminosidad excepcional acompañada además, de la acogida agradable de los habitantes de Aragón y una gastronomía que combina recetas tradicionales y tendencias innovadoras. Ubicados en gran parte en la provincia de Huesca, sus espacios de montaña son inmensos y concentran las cumbres más altas, como el pico del Aneto (3.404 m), el techo de los Pirineos. Gracias a infinitos senderos balizados y a itinerarios adaptados al nivel de cada uno, podemos descubrir aquí infinidad de lagos y estanques, bosques y praderas de altitud donde pastan los rebaños durante el verano.
Montañas de luz y descensos de cañones
Más arriba, la mirada de los paseantes se gira hacia los glaciares destellantes, las crestas graníticas del Balaitous y de la Maladeta, la pirámide del Posets o el pintoresco valle de Ordesa. Con el macizo calcáreo del Monte Perdido, este conjunto constituye un parque nacional que la UNESCO ha clasificado como Patrimonio Mundial de la Humanidad. Además, las cinco estaciones de esquí alpino y las de fondo animan fuertemente la temporada invernal. Más al sur, antes de Somontano y de la llanura del Ebro, desde donde se vislumbra Zaragoza, la cresta de las sierras exteriores concluye en los Pirineos con sus caprichosas formaciones rocosas: paredes rojas de los Mallos de Riglos, la Meca del alpinismo, o barrancos calcáreos de la sierra de Guara, cortados por la erosión y apreciados por sus descensos de cañones, alrededor de Alquézar y de Rodellar.
Navarra
Bajo la influencia atlántica y sus relieves suavizados, los Pirineos navarros presentan fastuosos panoramas, desde el macizo de Lara hasta el verde valle del Baztán, pasando por el misterioso hayedo de Irati, hasta la iglesia colegial de Roncesvalles, en el camino de Santiago de Compostela.
El norte de Navarra ofrece el rostro amable de los Pirineos, bajo la influencia atlántica. Las crestas despedazadas se redondean, el hielo y la nieve retroceden, el bosque alpino de abetos cede terreno frente al hayal y al encinar, mientras que la pizarra de los pueblos de altura es sustituida por la teja. En el noreste del territorio, el macizo calcáreo de Lara, desde donde emerge la Mesa de los Tres Reyes, en la frontera entre Berne y Aragón, muestra fastuosos panoramas por encima de los valles de Belagua y del Roncal. A continuación, se sucede el profundo hayedo de Irati seguido de la iglesia colegial de Roncesvalles, etapa fundamental del camino de Santiago de Compostela. Más al sur, profundos cañones mediterráneos, los acantilados de las foces de Lumbier y de Arbayún, sirven de refugio a los buitres salvajes que planean, incansables, en busca de alimento.
Diversidad geográfica y gastronómica
Al acercarnos a los valles del Baztán y de Ultzama, con verdes praderas y casas fortificadas rodeadas por su dintel recubierto por el escudo, los paisajes terminan suavizándose. Y más al oeste, las sierras de Aralar y de Urbasa-Andía, esta última clasificada como parque natural, prolongan la cordillera pirenaica. La diversidad ecológica y geográfica se manifiesta con brío: picos nevados al norte y estepa semi-desértica de Bardenas al sur, una vez pasada la capital, Pamplona. Estos contrastes se reflejan en la gastronomía: requesón de oveja, quesos del Roncal o de Idiazabal, caza de montaña, carne de cordero, vinos de denominación de origen, verduras de las riberas del Ebro, desde el pimiento hasta el espárrago y desde la alcachofa hasta el cardo.
Andorra
Este pequeño país 100% pirenaico con una historia singular ofrece infinitas posibilidades de turismo de naturaleza y de aire libre durante el verano. En invierno, con su superficie esquiable de dimensión europea, sus pistas atraen a los aficionados de los deportes del deslizamiento y de los espacios infinitos.
Imagínese un país de 468 km2, donde la propia esencia de los Pirineos estuviese concentrada. Se trata de Andorra, el único estado 100% pirenaico. Su creación se remonta a la baja Edad Media y la historia le ha legado dos co-príncipes: el presidente de la República francesa y el obispo de la ciudad catalana de la Seu de Urgell.
Desde entonces, este principado se ha modernizado y sabe acoger a turistas. T Tanto en verano como en invierno, acoge cada año a 8,5 millones de visitantes de todo el mundo. Éstos vienen a esquiar, a ir de tiendas atraídos por las oportunidades o a descubrir esta joya de valles profundos, dominados por un desfile de cimas, circos glaciares, lagos y estanques. Algunos centros permiten un acceso fácil, otros exigen varias horas de camino a pie, como el valle del Madriu-Perafita-Claror, declarado Patrimonio universal de la UNESCO.
La riqueza del patrimonio natural se combina de maravilla con el patrimonio cultural del Principado. Los museos, los monumentos, el arte romano y la gastronomía son algunas de los múltiples atractivos que atraen a los turistas.
Actividades de ocio al aire libre, tanto en verano como en invierno
Las montañas ofrecen a los aficionados de las actividades al aire libre todo aquello con lo que sueñan: paseos, senderismo de día o de varios días, itinerarios ecoturísticos, circuitos de bicicleta de montaña y cicloturismo, alpinismo y vías férreas, equitación, itinerarios culturales como la ruta del Hierro, el Circuito del hábitat rural (Casa Cristo, Casa Rull, Casa de Areny-Plandolit), autobús turístico...
En invierno, las cuestas gozan de una nieve excepcional. Las estaciones de esquí alpino de Paso de la Casa, Graug Roig y Soldeu-El Tarter se agrupan en una única superficie esquiable de dimensión europea; Gran Valira, con forfait único. Lo mismo ocurre con Pal-Arinsal y Ordino Arcalis, reunidos bajo la marca Vallnord. Las dos superficies cuentan con más de 300 km de pistas y con una capacidad de 156.000 esquiadores/hora.
Los aficionados del esquí de fondo cuentan con Naturlàndia en Sant Julia de Lòria y los principiantes con el Parador de Esquí Canaro. Y para relajarse, goce del agua tranquilizante del complejo termolúdico Caldéa, con su arquitectura futurista, en Escaldes-Engordany.
Languedoc-Roussillon
Rey de la biodiversidad y del turismo de naturaleza, los Pirineos catalanes gozan de la proximidad entre el mar y la montaña. En el menú: descubrimientos y deportes al aire libre, esquí, visitas, termalismo y atractivos de un clima seco y soleado.
Languedoc-Roussillon, rey de la biodiversidad. Dos tercios de las especies conocidas en Francia se encuentran presentes en dicha región gracias a su posición biogeográfica y a la variedad de sus medios: litoral, garrigas, mesetas calizas, montaña... En las 138.000 hectáreas del Parque natural regional de los Pirineos catalanes, se registran 800 especies de plantas, 130 aves reproductoras y más de 50 mamíferos. Entre Cerdaña, Capcir y Haut Conflent (Pirineos Orientales), este amplio espacio protegido engloba el mítico pico Canigó y sus reservas naturales, la zona Carlit-lago de Bouillouses-Camporeils hasta el tesoro botánico del valle de Eyne. Aquí, podemos practicar el senderismo y descubrir el medio natural.
Con sus 300 días de sol anuales, la proximidad entre el mar y la montaña crea sorpresas y contrastes. Desde la cresta de Albères, refugio del hayedo atlántico más al sur de Francia, contemplamos los puertos cercanos de la Costa Bermeja. Y estos distintos contrastes se acentúan en las cercanías de los pastos de verano y de los bosques de Vallespir, hasta los altiplanos del Capcir y de Cerdaña, con clima seco, ideales para tratar las enfermedades respiratorias.
Atractivo del clima y trenecito amarillo
Gracias a las virtudes de sus aguas, las estaciones termales de Amélie, Vernet, Molitg, Le Boulou y La Preste ofrecen sus curas y estancias de recuperación. Por su parte, Dorres y Santo Tomás proponen sus baños de agua caliente sulfurosa al aire libre. Vínculo entre la llanura del Roussillon y las tierras de altura, el Trenecito amarillo permite descubrir desde Villefranche-de-Conflent las fortificaciones de Vauban, los hornos solares de Odeillo y de Mont-Louis o incluso esquiar (esquí alpino o de fondo) en una de las nueve estaciones de las Nieves catalanas, en torno a Font-Romeu, Les Angles y Puyvalador.
Cataluña
Descubrir los mil y un rostros de los Pirineos catalanes gracias a sus múltiples senderos e itinerarios balizados. En el menú: paisajes grandiosos, recorridos adaptados al nivel de cada uno, sin olvidar una gastronomía que dice mucho sobre la diversidad de los lugares.
Nada más y nada menos que 1.000 km de senderos balizados recorren los Pirineos catalanes. Los itinerarios ofrecen todos los niveles de dificultad, desde el raid hasta el circuito familiar fácil. Es el caso del Parque nacional de Aigüestortes y el estanque de San Mauricio, que además de sus paisajes grandiosos, muestra lagos de altura y redes de refugios. Los GR atraviesan gran parte del territorio. Así pues, el GR11 empieza en las ruinas grecorromanas de Ampurias, en la Costa Brava, y continúa por el sur hasta la frontera con Aragón. O incluso el recorrido del Vallede Arán (93 km) y sus pueblos pintorescos. Por su parte, el GR11 empieza en la costa del cabo de Creus y muestra los mil y un rostros de las montañas catalanas: Garrotxa y sus volcanes, Ripollès, Cerdaña sur, Alto Urgel (alrededor de Andorra), Pallars Sobirà, Valle de Arán y Alta Ribagorza antes de terminar su trayecto en Fuenterrabía, frente al océano, al cabo de 47 días de marcha, en la Comunidad de Euskadi. No obstante, estas etapas pueden realizarse por día o durante un fin de semana. Otros, como los Caminos del Jussà, proponen recorridos históricos, incluyendo uno que toma el espectacular desfiladero rocoso de Mont-Rebei, en el Montsec.
Tras un buen paseo, el arte de la buena gastronomía
Si el apetito se adquiere andando, la gastronomía catalana se codea con las cumbres gracias a sus múltiples restaurantes y cocineros de prestigio, como Ferran Adrià. La diversidad de sus productos y tierras tienen gran influencia: quesos, productos de caza y pesca, cordero, judías secas, verduras a la plancha… sin olvidar los champiñones, pasión de los gastrónomos catalanes y base de múltiples platos o acompañamientos.
Durante estos quince días se realizarán paseos fáciles de entre tres y seis horas, que abarcarán un desnivel de entre 400 y 800 metros. Pueden participar tanto los particulares como los grupos de amigos, asociaciones y otros participantes de la montaña (se han previsto fórmulas especiales que ofrecen la totalidad del paseo, de 15 días, una semana o varios días) y también se realizarán propuestas adaptadas para los clubes y asociaciones.
El evento está organizado por la Comunidad de Trabajo de los Pirineos (CTP), que reúne ocho entidades políticas de tres Estados distintos, unidas a ambos lados de la cadena pirenaica, con el objetivo de contribuir al desarrollo y a la conservación de los Pirineos. En el norte, tres regiones francesas; Aquitaine, Midi-Pyrénées (actualmente en la presidencia) y Languedoc-Roussillon, se unen a las cuatro comunidades autónomas españolas: Cataluña, Aragón, Navarra y Euskadi, sin olvidar el Principado de Andorra.