Cumbre del Peñalara |
Se trata de una excursión que ya hacía tiempo deseaba realizar. Se trata de superar un escalón de 1200 metros de la forma más directa posible. Esta vez, dejamos la ruta normal de ascenso que pasa por el Puerto del Nevero para intentar una vía más directa por la Majada Hambrienta. Y bajar por la vía rápida a través de la inmensa pedrera que cubre la cara norte del Peñalara.
Descendiendo al chozo Aranguez |
Alfonso, Jose y yo nos pegamos un buen madrugón para estar en Valsain a eso de las 7.30, con algo de fresquito que nos obligó a llevar una prenda de abrigo al menos la primera parte de la marcha. Comenzamos por la cómoda pista asfaltada que luego se bifurca y va rodeando el Moño de la Tía Andrea.
Esa primera parte del recorrido es agradable, se pasa por el curioso cumulo de rocas que se llama la Cueva del Monje, en un momento dado hay que girar a la izquierda abandonado la pista principal que va flanqueando la ladera de Dos Hermanas hasta terminar desembocando en la carretera justo donde acaban las siete revueltas. Nosotros optamos por otro ramal, con firme muy suelto que comienza a remontar fuertemente. Hay que coger posteriormente otro ramal a la derecha que va a morir más arriba, de aquí debe salir un senderillo que es el que teníamos que alcanzar.
Sin embargo como este ramal comenzaba a descender en vez de seguir subiendo, optamos por ir campo traviesa ya que estábamos bastante altos y pensamos que era fácil comenzar a remontar el laderón final que llega hasta la cuerda.
Repusimos fuerzas junto a un chozo, vimos algunos hitos de piedras sueltas y tenues huellas de un caminillo, así que afrontamos las primeras duras rampas de la Majada Hambrienta, el paisaje era impresionante, muy abajo el caserío de la Granja y la cónica figura del Moño, abajo, a nuestros pies, en una planicie se veía el chozo Aranguez, por fin conectamos con el camino, bien trazado que sube justo desde el chozo y nos alivió bastante aunque quedaban unas buenas rampas por superar.
Con el Peñalara y los Claveles al fondo |
Por fin alcanzamos con satisfacción la cuerda apenas a unos 150 metros más abajo que la alargada cumbre del Peñalara. Sin problemas superamos esta última cuesta, menos pendiente, que nos situó en el concurrido techo de nuestra sierra, impresionantes vistas en todas las perspectivas.
El camino de descenso |
Como Jose tenía prisa por bajar, opté por elegir la vía directa y lanzarnos por la pedrera en vía directa. Impresiona desde arriba cuando se contempla a donde tenemos que bajar. Hay que intentar evitar las zonas de grandes piedras que nos acompañan a izquierda y a derecha, buscando la zona menos pedregosa. Una serie de hitos nos van indicando la zona de descenso sin camino cierto.
El valle de Lozoya desde el Peñalara |
Ya en la pista aún nos queda una hora de descenso ya por camino más cómodo. Preciosa excursión que nos llevó casi 8 horas, con muy pocas paradas, que hubieran sido menos si no nos hubiéramos extraviado en la subida. Se puede volver a repetir aunque creo que la mejor manera es subir por el Nevero para luego bajar por otro camino, por el que aún no he transitado que baja desde Dos Hermanas.
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