Este es el blog del grupo de montaña del Paseito. Aquí encontrarás información y comentarios de nuestras excursiones, propuestas de nuevas rutas y diversa documentación relacionada con el senderismo y el medio ambiente. Bienvenid@


Nuestro grupo se creó en enero de 2003, cuando realizamos nuestra primera excursión. Desde entonces nos contemplan ya un largo camino de salidas a nuestras montañas, en particular a la vecina Sierra de Guadarrama

lunes, 26 de septiembre de 2011

TRAVESIA PUERTO QUESERA – ERMITA DE HONTANARES

PUNTO DE ENCUENTRO: Ermita de Hontanares (Riaza). Hora: 9.15. Sábado 1 de Octubre

DESCRIPCION DE LA RUTA:

El agreste y aislado Collado de la Quesera (1710 m.) = Puerto de la Quesera, es el punto fundamental para atravesar la Sierra de la Tejera Negra, en el corazón de la Sierra de Ayllón. La vista desde el collado es hermosa, un laberinto de distintas cuerdas que arrancan en diferentes direcciones, separadas por profundos y solitarios valles. Dominan en sus ásperas laderas los apretados pinares de repoblación y todo el conjunto es de una admirable sobriedad y salvaje belleza.

Nosotros, en esta ocasión, vamos a recorrer la llamada Cuerda de las Berceas, que en dirección Sur-Norte, arranca desde el Collado de la Quesera para venir a perderse posteriormente en la llanura segoviana. Su altura principal es La Buitrera (2046 m.,) no tan hermosa como otras cumbres de la Sierra de Ayllón ya que no se presenta aislada sino incrustada en plena cuerda ya de por sí de considerable altura: antes de alcanzar la Buitrera hay que pasar respectivamente por el Alto del Parrejón y el Alto del Cervunalillo que no le van a la zaga en altitud.

La visión que nos regala el transcurrir por la cuerda es soberbia en ambas vertientes, a nuestra izquierda, al regazo de la peña de la Silla y el mismo puerto de la Quesera, se esconde el Hayedo de la Pedrosa, que nos quedará un poco más debajo de nuestro camino, y que acompaña los primeros pasos del río Riaza. La cuerda es el límite occidental del Parque Natural de Tejera Negra, justo a los pies del Alto de Parrejón arranca la cabecera del Río Sorbe y alrededor de él se extiende el Hayedo de Tejera Negra, una idea de la extensión del mismo, a vista de pájaro obtendremos desde distintos puntos del camino, donde la cuerda se abre a auténticos despeñaderos que ofrecen preciosos balcones para disfrutar de la visión del hayedo, tal vez tintado con los primeros colores del otoño.

Por fin alcanzaremos nuestro objetivo, el enriscado vértice de la Buitrera, un precioso paraje donde detenerse y regalarse con la vista. Desde aquí la cuerda empieza a perder rápidamente altura, pasamos por la amplia pradera llamada de Zopegado, para más adelante, en el denominado Collado Cimero, abandonar la cuerda por el occidente y tomar un cómodo sendero que atraviesa un espeso robledal que debe llevarnos a nuestro punto final: la ermita de Hontanares, no lejos de la localidad de Riaza.


jueves, 22 de septiembre de 2011

EXCURSION A PICOS

El verano que estamos a punto de despedir ha sido pródigo desde el punto de vista montañero: Pirineos, Guadarrama, Gredos, Picos, me han regalado estupendas jornadas montañeras que llevo en mi recuerdo. Sin duda cuanto más subes más quisieras conocer y disfrutar de esos paisajes apartados, lejos del bullicio, donde se disfruta de horizontes ilimitados y un aire puro y limpio.


Mi último periplo ha sido en Picos, en un apretado viaje que hice con Arawak el fin de semana del 9-12 de septiembre, aprovechando el puente festivo. Fue un viaje intenso y movido que dejó tres excursiones memorables en el Macizo Central de Picos.

La cosa ya empezó bien en el viaje de ida donde el guía nos puso un DVD, remasterizado, con grabaciones originales de Navarro y Rabadá realizando ascensiones en los años 61, 62 y 63. Era entrañable ver esas “extrañas y precarias” equipaciones con las que se enfrentabas a las paredes verticales, con determinación y valentía.

Una de esa grabaciones correspondía a la primera ascensión que realizaron, abriendo una vía por la cara oeste de Bulnes. Todo un prodigio si se tiene en cuenta además de la dificultad técnica, los medios técnicos con los que se afrontaba la empresa. Sin duda esta pareja formaban la mejor cordada de la época, trágicamente interrumpida en la pared del Eiger donde los dos murieron, en el ventisquero de la araña, incapaces de vencer a las dificultades climáticas que se abalanzaron en contra de ellos.


Aun con el regusto de las imágenes llegamos a Asturias y nada más descender del autobús acometidos la primera excursión: la subida al Peñamellera, denominado el Cervino asturiano, en una metáfora algo exagerada. La subida no es complicada hasta un collado a unos 200 metros de la cima, esta última parte comporta mayor dificultades pues exige de alguna trepada “soportando” la presencia de un buen patio que se va abriendo a los pies. Yo con un grupo optamos por permanecer en el collado y no afrontar el “desafío” final.


No fue tampoco sencilla la primera subida, a base de fuertes rampas en un camino con buen firme, ya que comenzamos a andar a las dos, después del viaje desde Madrid con un fuerte calor impropio de estas latitudes que nos hizo sudar más de la cuenta. Después de reponer fuerzas todo el camino ya era una agradable bajada hasta el lugar donde estaba el autobús, en la carretera que se dirige a Panes donde se encontraba nuestro hotel.


Nuestro segundo día era el gran reto: subir al refugio de Vega Urriellu, en el mismo pie del Naranjo de Bulnes. Yo lo afrontaba con un especial temor, ya que el año pasado me quedé clavado en Collado Vallejo y no pude seguir adelante. Este año pensaba que con las marchas de preparación que había realizado en agosto podría afrontarlo con más éxito.


La verdad que no se trata de una ascensión difícil, el camino está bien trazado y aunque tiene puntos de fuerte pendiente se va remotando sin grandes dificultades. A mitad de camino nos comienza a animar la impresionante vista del Naranjo que parece desafiarnos desde allí arriba. El escenario comienza pronto a tomar visos de una grandeza incomparable que te insufla fuerzas cuando parece que está al límite.


Tuvimos la suerte de tener un dia claro despejado que no nos ocultó la visión de la peña. Comenzamos a andar desde los invernales de Texu, y la subida nos llevó unas tres horas con un descanso en el collado Vallejo. Que decir de la sensación cuando descubres por fin el refugio al pie del gigante de piedra, rodeado de un paisaje que supera todo calificativo. Una hora y media para soñar disfrutamos en esa altura, con el corazón y los sentidos dilatados.


El Naranjo ha sido un reto para muchos alpinistas, desde su primera y heroica ascensión por el Marqués de Villaviciosa acompañado del Cainejo, un pastor natural de Caín. Sus paredes verticales que se elevan al cielo han sido también escenario de diversas tragedias que le han dado cierta aureola de montaña maldita. Sin embarga allí se ergía mudo delante de este observador que no se cansaba de contemplarle sin descanso.


El tercer dia subimos al pueblo de Tresviso, por el Canal de Urdón, una increíble senda que sabiamente gana al duro murallón arriba del cual descansa nuestro pequeño pueblo. Durante mucho tiempo este fue el único camino que llegaba hasta el, y ciertamente es una buena cuesta, pues el camino hace diferentes y empinados zig-zas, y se asoma a diversos despeñaderos con unas vistas espectaculares.


Empecé bastante atrás, pero a mitad de subida me sentí como en mis mejores épocas y fui remontando posiciones sin ninguna dificultad, alcanzando el pueblo como tal cosa. Un sitio ciertamente privilegiado, ahora ya conectado con carretera, en el que merecería la pena perderse alguna temporada


jueves, 15 de septiembre de 2011

LA IMPORTANCIA DEL ENTRENAMIENTO

Os dejo este artículo relativo a la importancia del entrenamiento a largo plazo, si realizamos una actividad física, como puede ser correr o el senderismo, y queremos exigirnos un poco más. El artículo se refiere al trail-running, o carreras por montaña, pero su filosofía se puede aplicar a todo tipo de deporte.El entrenamiento es vital en cualquier deporte, y el trail running no iba a ser menos. Las distancias y los desniveles propios de este deporte hacen que sea necesario entrenar duro, pero hay tantas formas de entrenar como corredores. Por eso nos pareció interesante este post del corredor estadounidense Geoff Roes, en el que da su opinión al respecto.

“No es un secreto que la práctica consistente de un deporte nos puede llevar a importantes mejoras a la hora de competir en esa disciplina. Pero no todo es tan simple. En el caso del trail running se puede pensar que se trata de cuanta distancia podemos llegar a correr, y eso es diferente en el caso de cada persona.

Pero en el caso de corredores por montaña experimentados, creo que hay una tendencia a correr muy frecuentemente que correr demasiado. Creo que la consistencia es crucial para maximizar el potencial de cada uno de nosotros, pero en el caso de actividades físicamente degradantes, como la nuestra, soy de la opinión de que la consistencia a largo plazo es mucho más importante que la consistencia a corto plazo. Es decir, que creo que es mejor ser consistente durante meses o años que serlo durante días o semanas.

¿Por qué es la consistencia a largo plazo tan importante en este deporte? Correr 80 o 150 kilómetros no es una cuestión de de precisión o ajuste. Es una cuestión de fortaleza y resistencia física y mental arraigadas, las cuales se desarrollan a través de una serie de pequeñas adaptaciones que realizamos a través de varios años.

No importa cuánto entrenemos los dos o tres meses antes de correr una carrera de estas distancias; vas a tener que trabajar muy duro en esa carrera. Por supuesto, hay algunas excepciones, pero todos los que conozco han sufrido muchísimo en su primer ultra trail.

En el otro lado, veo a muchos corredores –como yo mismo- que han entrenado duro a lo largo de muchos años e incluso décadas que han sido capaces de llevar a cabo esas pequeñas adaptaciones graduales de forma que pueden correr cada pocas semanas sin sufrir grandes “pájaras” como les pasa a los principiantes.

Recuerdo que después de correr mi primera carrera de 50 millas, alguien me dijo que tenía que continuar corriendo estas distancias regularmente para que mi cuerpo se fuera acostumbrando a estos esfuerzos de forma que mi cuerpo no sufriera ni siquiera al día siguiente de una carrera así. Ahora, cinco años después, mi cuerpo apenas está dolorido tras una carrera de 50 millas.

De todas formas, si has leído hasta aquí, seguro que has podido pensar que está muy bien lo de la consistencia a largo plazo, pero que también la consistencia a corto plazo lo es. Hasta cierto punto, creo que no lo es, porque, desde mi experiencia personal, la forma más probable de ser consistente a largo plazo es no centrarse en la consistencia a corto plazo, la cual puede llevar a que suframos lesiones o fatiga que limitan el trabajo a largo plazo.

De esta forma, creo que, en lugar de centrarse en correr una determinada cantidad de kilómetros por día o por semana, creo que los beneficios son mayores cuando los corredores salimos a correr cuando nuestro cuerpo y nuestra mente (y las responsabilidades del día a día) nos lo permiten y no tanto cuando pasa al contrario.

Correr 100 millas a la semana a lo largo de un año (aparte de posibles lesiones o fatigas) no te va a hacer mejorar tanto como correr una cantidad constante de millas al año durante varios años. De esta forma, unas semanas o incluso un mes sin que podamos entrenar, no nos hará mella en nuestra capacidad atlética una vez que hayamos logrado realizar esas micro adaptaciones a nuestro organismo. Pero esto es algo que sólo podemos lograr si estamos sanos durante un largo periodo de tiempo.

¿Cómo podemos hacer esto? Pues no centrándonos en la resistencia a corto plazo, sino tomándonos los días uno a uno, dejando que nuestros cuerpos dicten cuándo y cuánto corremos.

Por supuesto, esto es sólo mi opinión y habrá otros corredores que sigan otro plan diferente. Cuando tu cuerpo y tu mente se sienten bien y tienes el tiempo para salir y correr a tope, entonces sal y dalo todo. Pero cuando no te sientes bien o no tienes tiempo para salir a correr, haz lo que tengas que hacer; cuida tu cuerpo y no te estreses por no haber corrido lo suficiente ese día o esa semana. El hecho de no correr esos días, te está haciendo un mejor corredor a la larga”.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Albúm. Travesía Plataforma-Portilla del Rey-Cinco Lagunas

Siempre se regresa uno renovado cuando te enfrentas a un paisaje como el de Gredos. Exuberancia del granito y los peñascos imposibles que estremecen y sobrecogen, y que también hacen sudar lo suyo. Para esta larga marcha nos levantamos bien temprano, a las 6 en el pequeño hotel de Navacepeda de Tormes. Desayuno frio de madalenas y brik de zumo, y antes de despuntar el alba nos acercamos a Navalperal a dejar mi coche. Con el de Jose nos trasladamos los cinco hasta la Plataforma, que mostraba un aspecto solitario a esas horas de la mañana. Un compacto mar de nubes cubría los valles bajos, pero allí arriba despuntaba un magnífico día.



Las sombras retrocedían y se abría paso la cálida luz de la mañana recién estrenada. Ya algunos montañeros, al igual que nosotros subían silenciosos por la cómoda trocha acercándose a los arcanos de Gredos.



Una vez pasado el primer escalón de los barrerones, se alcanza la pequeña planicie y más adelante como de un sueño emergen las afiladas cresterías del circo de Gredos. Comienza el espectáculo, desvelado al caminante madrugador aún con sueño en sus ojos y que no deja de asombrarse ante el paisaje.



Poco antes de ganar la laguna, la abandonamos a la derecha para atravesar su desagüe y ya en la otra vertiente aprovechar un pequeño cervunal para reponer fuerzas



No tenemos noticias de Cruz, Dori, Dani, Jesús y Ricardo que han salido más tarde, por lo que emprendemos la trocha que nos conducirá sin pérdida a la portilla. Hay que remontar una primera loma para iniciar un rápido descenso a una amable zona de praderas





Frente a nosotros la impresionante mole del Cabeza Nevada, nuestro viejo camino va ganando altura sabiamente, a través de diversas lazadas que moderan el sufrido esfuerzo. El paisaje se redimensiona, ascendemos por las paredes de Gredos buscando un paso entre las grandes cimas, la lejana portilla que la vereda nos va acercando. Un último esfuerzo para salvar una incómoda pedrera que desciende desde la cumbre



Por fin hollamos la ansiada portilla, estamos en los hombros de gigantes, somos seres pequeños perdidos en la inmensidad, en ese anfiteatro donde reina el caos y el desorden de las rocas desparramadas por doquier y las esbeltas torres puntiagudas que parecen querer huir de esa vorágine y se elevan al cielo limpio y azul.



Cruzando al otro lado observamos el vacío que se abre a nuestros pies, muy abajo descansa el glaciar de las cinco lagunas como enquistado en el fondo de la roca, y la empresa de bajar hasta el parece una tarea casi imposible, sin embargo hay una serie de hitos, sueltos, diseminados, a veces no se sabe con qué pretensión. Señal, no obstante de que por ahí debe ir la bajada aunque cueste creerlo. Hay que dejar atrás la poesía y aplicarse con tiento en el descenso.



Por fin alcanzamos la laguna, una de ellas, la última y más grande. Miramos atrás aún sobrecogidos por el camino de nuestra bajada. El calmo reflejo del agua nos devuelve la paz, no han concluido nuestros trabajos pero el espíritu reclama un poco de tranquilidad. ¿Por qué llevamos nuestra existencia agitada a todas partes?¿Por qué no sabemos detenernos en el instante, en el ahora, que invita a olvidarse del ego?. A veces nuestro pensamiento es un fantasma que nos aprisiona, hay que liberarse de los apegos, desidentificarnos y asombrarse.



El tiempo va pasando, inmerecidamente rápido, aunque quisiera el senderista divagar por ese mundo recién descubierto, debe conducirse a la realidad e iniciar el descenso que aún será largo. Sin embargo ya sabe el camino e irá recorriéndolo aún con los ojos llenos de aquellos escenarios nuevos que se han abierto ante sus ojos.

Concluyen las obras del día, el mismo sol que le saludó en la mañana le despide mansamente mientras acaricia y baña su rostro en la suave luz del atardecer, vuelven las sombras, más no a su interior iluminado por una claridad nueva. ¿Qué importan ahora los trabajos que le han llevado el día, los cansancios, los malos momentos, las desavenencias? A las 9 de la noche alcanzamos el coche que dejamos allá, hace muchos horas en la mañana.

martes, 30 de agosto de 2011

Circular Valsain-Peñalara. Sábado 27 agosto


Cumbre del Peñalara
Se trata de una excursión que ya hacía tiempo deseaba realizar. Se trata de superar un escalón de 1200 metros de la forma más directa posible. Esta vez, dejamos la ruta normal de ascenso que pasa por el Puerto del Nevero para intentar una vía más directa por la Majada Hambrienta. Y bajar por la vía rápida a través de la inmensa pedrera que cubre la cara norte del Peñalara.

Descendiendo al chozo Aranguez
Alfonso, Jose y yo nos pegamos un buen madrugón para estar en Valsain a eso de las 7.30, con algo de fresquito que nos obligó a llevar una prenda de abrigo al menos la primera parte de la marcha. Comenzamos por la cómoda pista asfaltada que luego se bifurca y va rodeando el Moño de la Tía Andrea.

Esa primera parte del recorrido es agradable, se pasa por el curioso cumulo de rocas que se llama la Cueva del Monje, en un momento dado hay que girar a la izquierda abandonado la pista principal que va flanqueando la ladera de Dos Hermanas hasta terminar desembocando en la carretera justo donde acaban las siete revueltas. Nosotros optamos por otro ramal, con firme muy suelto que comienza a remontar fuertemente. Hay que coger posteriormente otro ramal a la derecha que va a morir más arriba, de aquí debe salir un senderillo que es el que teníamos que alcanzar.
  
Sin embargo como este ramal comenzaba a descender en vez de seguir subiendo, optamos por ir campo traviesa ya que estábamos bastante altos y pensamos que era fácil comenzar a remontar el laderón final que llega hasta la cuerda.


Repusimos fuerzas junto a un chozo, vimos algunos hitos de piedras sueltas y tenues huellas de un caminillo, así que afrontamos las primeras duras rampas de la Majada Hambrienta, el paisaje era impresionante, muy abajo el caserío de la Granja y la cónica figura del Moño, abajo, a nuestros pies, en una planicie se veía el chozo Aranguez, por fin conectamos con el camino, bien trazado que sube justo desde el chozo y nos alivió bastante aunque quedaban unas buenas rampas por superar.

Con el Peñalara y los Claveles al fondo
 Por fin alcanzamos con satisfacción la cuerda apenas a unos 150 metros más abajo que la alargada cumbre del Peñalara. Sin problemas superamos esta última cuesta, menos pendiente, que nos situó en el concurrido techo de nuestra sierra, impresionantes vistas en todas las perspectivas.

El camino de descenso
 Como Jose tenía prisa por bajar, opté por elegir la vía directa y lanzarnos por la pedrera en vía directa. Impresiona desde arriba cuando se contempla a donde tenemos que bajar. Hay que intentar evitar las zonas de grandes piedras que nos acompañan a izquierda y a derecha, buscando la zona menos pedregosa. Una serie de hitos nos van indicando la zona de descenso sin camino cierto.

 Después de haber bajado poniendo los cinco sentidos alcanzamos la planicie, llegamos hasta el mismo chozo, dejamos el camino que parece irse bastante a la derecha para seguir descendiendo entre la pinada buscando la pista que la atraviesa más abajo.

El valle de Lozoya desde el Peñalara
 Ya en la pista aún nos queda una hora de descenso ya por camino más cómodo. Preciosa excursión que nos llevó casi 8 horas, con muy pocas paradas, que hubieran sido menos si no nos hubiéramos extraviado en la subida. Se puede volver a repetir aunque creo que la mejor manera es subir por el Nevero para luego bajar por otro camino, por el que aún no he transitado que baja desde Dos Hermanas.     

viernes, 12 de agosto de 2011

Excursion 3 de septiembre

Como voy a estar de vacaciones unos dias y "desconectado" del ordenador, os dejo alguna información sobre nuestra excursión de septiembre. La idea es partir de la plataforma (Hoyos del Espino) para subir por el camino clásico hasta la Laguna Grande de Gredos, antes de alcanzarla hay que desviarse para afrontar la larga subida hasta la Portilla del Rey, desde esta escotadura veremos a nuestros pies el precisoso circo encajonado de las Cinco lagunas, hacia el que nos dirigiremos descendiendo con cuidado y dando tiempo para disfrutar del paisaje. Luego seguiremos descendiendo, ya por camino algo más liviano hasta Navalperal de Tormes.
La idea es dejar el dia anterior un coche o dos en Navalperal, por ello la propuesta de ir el viernes y hacer noche en Hoyos, cenar y pasar unas horas agradables, y el sábado temprano dirigirnos a la Plataforma para iniciar la travesía.
Se van a reservar unas plazas en un hostal de Hoyos (en el que estuvimos en mayo) a partir del 25 de agosto. Si alguien quiere incluirlo en la reserva que mande un correo a la dirección del paseito o un comentario en este blogg. A partir de ese momento ya cada uno se buscará el alojamiento.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Deporte y riesgo

Todas las actividades tienen sus "riesgos" (aunque a decir verdad la no actividad, en este caso el sedentarismo también acarrea los suyos). Conocer los riesgos que asumimos cuando salimos a la montañas, tenerlos presentes, y desarrollar una estrategia adecuada para minimizarlos, es una cuestión que deberíamos tener siempre presente, aunque también en este caso la experiencia, y los "dolores" nos van enseñando. En todo caso, como dice Carlos Soria, la montaña siempre va a estar ahí, y si no lo vemos claro lo mejor es bajarnos y ya volveremos otro dia. Os dejo este interesante artículo:

La Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales, ampliamente conocida en el mundo empresarial y de obligado cumplimiento, recoge el conjunto de actividades desarrolladas en los centros de trabajo dirigidas a eliminar o reducir los riesgos que pueden dañar la salud de los trabajadores. En líneas generales, todas las medidas y acciones preventivas que se lleven a cabo, deberán seguir los principios generales de la acción preventiva, los cuales se enumeran en su artículo 15.
Propongo una reflexión basada en los mismos, tratando de trasladar estos principios al marco de la montaña y cada uno, autoridades, clubes, o montañeros, analizar cómo los cumple cada cual en su nivel. Comencemos:

1. -Evitar los riesgos.

Ésta es la primera medida y una de las más efectivas. Cualquier actividad humana comporta un riesgo, pero a veces el no hacer nada es el mayor riesgo. El objetivo en montaña no es tanto eliminar los riesgos, sino encontrar el nivel correcto de exposición. ¿Cuándo y cómo se utiliza? Principalmente en la “fase de diseño”, donde puede actuarse sobre los elementos que generan los riesgos. En montaña y en cualquier lugar esto se traduce en una PLANIFICACIÓN. ¿Existe un Plan de Prevención de accidentes de montaña?

2. -Evaluar los riesgos que no se puedan eliminar.

Exige identificar aquellos riesgos que están presentes en el medio, analizar las causas que los originan, valorar la tolerabilidad del riesgo y determinar qué medidas son las más adecuadas para su control. Casi nada. ¿Y esto cómo se consigue? Con INFORMACIÓN y FORMACIÓN fundamentalmente. La nueva norma ISO 31000 de “Gestión del riesgo” propone una buena metodología válida para cualquier organización.

3. -Combatir los riesgos en su origen.

Las medidas de control anteriormente definidas también tienen su orden de implementación. Siempre es preferible actuar, sobre el origen del riesgo, en segundo lugar sobre el medio de transmisión y por último sobre el receptor.
¿Por qué? Porque actuando sobre el origen podemos eliminar o aislar el riesgo y en los sucesivos estadios disminuir la probabilidad de su ocurrencia y reducir sus consecuencias. Y recordemos: únicamente el 15% de los montañeros rescatados en el Pirineo aragonés son originarios de la comunidad aragonesa. ¿Se hace prevención en el resto de las CCAA para evitar los accidentes en la montaña aragonesa?

4. -Adaptar el trabajo a la persona.

Reformulemos este principio porque es importante: “Adaptar las actividades de montaña a las personas que las van a realizar”. Atañe fundamentalmente en lo que respecta a la elección de la actividad, pero también a la validación de los programas, la selección de los procedimientos, el estado y elección de los lugares de actividad, o el correcto uso de los equipos y materiales a utilizar. En definitiva, a la previsibilidad e inevitabilidad de un posible accidente.
O dicho de otra forma. ¿Cómo podría responder YO ante un tribunal en caso de accidente? La gestión de riesgos implica a TODOS y debe adaptarse a las circunstancias locales. "Problemas locales, requieren soluciones locales"

5. -Tener en cuenta la evolución de la técnica.

Pero sin restar importancia al factor humano, y siempre teniendo en cuenta dos aspectos fundamentales; a saber: Cualquier modificación introducida en los sistemas puede ser fuente de nuevos riesgos y que los sistemas complejos generan accidentes confusos, y a la par, igualmente complejos. La gestión del riesgo es un proceso DINÁMICO y CONTINUO. No termina nunca.

6. -Sustituir lo peligroso por lo que entraña poco o ningún peligro.

No olvidemos que aunque muchos accidentes parecen explicarse analizando lo que ha sucedido en la montaña, en realidad nacen en una oficina, en la barra de un bar o en el hogar. A igualdad de eficacia, hay que realizar actividades que impliquen menos riesgos.
La primera pregunta que nos vamos a hacer todos en caso de accidente es ¿POR QUÉ? Tenemos que tener claro desde el principio que objetivos buscamos. Mejor aún: ¿qué BENEFICIOS esperamos de la actividad? Y como sociedad deberíamos ser conscientes de los beneficios que nos aportan las actividades en la naturaleza. Un breve recordatorio: Los datos que ha dado a conocer el reciente estudio ALADINO (acrónimo de Alimentación, Actividad física, Desarrollo Infantil y Obesidad) inciden en un grave problema de salud. Casi la mitad de los niños evaluados alcanzan un exceso de peso: el 45,2%. De estos, un 26,1% registra sobrepeso y un preocupante 19,1%, obesidad.

7. -Planificar la prevención integrándola en la organización de la empresa.

Marco de referencia inexcusable para nuestros gobernantes y todos aquellos con responsabilidades. Esta planificación exige en primer lugar ESTABLECER EL CONTEXTO, y sin datos fiables es imposible establecerlo. Todavía no nos ponemos de acuerdo en las estadísticas qué es un accidente de montaña o un accidente en montaña. Seguimos metiendo en el mismo saco un rescate con motivo de un esguince de tobillo que el rescate de un grupo de 20 menores en un tres mil. Y la diferencia no es sólo cuantitativa sino cualitativa.
Debemos crear un Observatorio de Seguridad de Nieve y Montaña, y mejor si es a nivel nacional; en el que participen todos los actores implicados, con criterios de clasificación unificados, que proporcione datos precisos, con personal dedicado al análisis de los mismos, y que facilite la información necesaria para la toma de decisiones y la planificación de políticas de prevención.

 8. -Adoptar medidas que antepongan la protección colectiva a la individual.

Hay que mejorar la seguridad de las infraestructuras y de los programas de actividades. Y hay que promover medidas concretas tanto colectivas como individuales. ¿Cómo? Mediante inspecciones y auditorías de seguridad; destinando recursos, humanos y económicos, para la corrección de las deficiencias; y actuando sobre los “puntos negros” e “imprudentes”. Tal vez de forma paralela o después de aplicar todas estas medidas, podríamos implementar medidas sancionadoras.

9. -Dar las debidas instrucciones a los trabajadores.

¿Con qué objeto? Porque sólo aquellos que hayan recibido la formación e información suficiente deben poder acceder a las zonas de riesgo. No hacen falta barreras. Hace falta EDUCACIÓN DE MONTAÑA, cultura del riesgo en todos los niveles, que se traduzca en un comportamiento prudente y respetuoso con el medio. Al igual que en la circulación, deben existir campañas masivas y permanentes de los medios de comunicación; haciendo llegar los beneficios de las actividades en la naturaleza, y mensajes de seguridad para educar al ciudadano y disuadirle de comportamientos temerarios.
Y este último principio no está en la Ley de Prevención. Probablemente porque es tan viejo como la Humanidad. Es la ley de la supervivencia, la dualidad ensayo y error. La diferencia entre el éxito y el fracaso, y la explicación de porqué como seres humanos hemos llegado hasta aquí.

10.- Aprender de los sucesos acaecidos, estudiarlos e incorporar las mejoras.

Las “Lecciones aprendidas” (“Retour d’experience”, “Lessons learned”) entendidas como el análisis de las causas desencadenantes de un accidente, mediante una metodología que analiza todos los elementos implicados, favorables y desfavorables, técnicos o de comportamiento. Permiten definir las líneas de mejora para profundizar en las buenas prácticas, y transmitirlo posteriormente a todos los actores y las generaciones venideras.
Es una de las paradojas del riesgo en esta sociedad actual. Buscamos con anhelo la seguridad y a la vez nos arriesgamos. Razón y emoción. Por eso cuando se produce un accidente somos incapaces de analizar el porqué y de decir claramente sus causas. Simplificamos, generalizamos y desviamos nuestra conciencia hacia esa excusa mediocre y llena de ambigüedad que es la de la mala suerte.
“Lo que hacemos esculpe nuestro cerebro”. Creo firmemente que si entre todos damos unos tímidos pasos en el campo de la PREVENCIÓN, construiremos una sociedad más segura. Pero lo primero es creer en ello. Son las creencias las que determinan las motivaciones, sentimientos y conductas seguras. A todos los niveles.
Libro recomendado: Gestión del riesgo en montaña y en actividades al aire libre

martes, 9 de agosto de 2011

Travesía Morcuera-El Tranco

Tal vez nuestra Sierra de Guadarrama sea montaña antigua, de no grandes alturas y contornos moderados. Sin embargo guarda escenarios donde el senderista puede experimentar grandes sensaciones. Paisajes espectaculares, variada geografía, arquitecturas caprichosas del granito, gargantas, agujas, despeñaderos... un paisaje, en suma, que en nada tiene que envidiar a otros tal vez con más renombre.

 Todo ello viene a colación de nuestra última marcha, realizada el pasado sábado 6, que nos permitió disfrutar por unas horas adentrándonos en el laberíntico reino de piedra que se llama La Pedriza. Salimos de la Morcuera para sin más dilación enfrentarnos a la primera cuesta que sube a la Najarra (rincón de piedras, reza su toponimia), presagio de lo que sería nuestro dia. Recorrimos la pequeña meseta superior que forma este monte, para inicar la bajada a un collado y la más sencilla subida al Bailanderos. Macizo baluarte que parece casi inaccesible desde la distancia. Las vistas hacía rato que eran espectaculares. A nuestra derecha se ahondan los profundos valles de la Pedriza aún muy abajo.



Una entretenida bajada nos situa en el collado de evocador nombre (San Pedro de los Lobos), para afrontar nuestra última subida por un laderón hasta el techo de esta marcha: Asómate de Hoyos (2239 metros), tal vez la cumbre menos alpina de las que conforman la Cuerda Larga.

Viene entonces un trabajado descenso donde deberemos perder más de 1.000 metros mientras vamos entrando y atravesando el corazón de la Pedriza, admirando esos paisajes inverosímiles que se levantan a nuestro lado. Se desciende sucesivamente como recorriendo varios pisos. Todo el camino está marcado con hitos que conviene no perder. Y aunque la bajada no sea demasiado complicada si que hay que poner atención en varios puntos. Incluído un pequeño destrepe.

Alto de Matasanos
Así que iniciamos nuestro descenso: Peñas Linderas, Alto de Matasanos, Collado de Matasanos, increible lugar bien guardado por las Torres de la Pedriza, aquí giramos a la derecha para alcanzar el Collado del Miradero (1985 metros). Un pequeño balcón donde gozar por un rato de la vista desde allí ofrecida. Desde el collado el sendero entra en una zona arbolada, seguimos descendiendo poniendo atención al camino, este tramo se hace un poco largo hasta llegar a una zona bastante ancha de lanchares de granito donde dimos cuenta del bocadillo.


Las Torres desde el Collado de Matasanos
Ya no quedaba mucha historia: los llanillos, el llano de la Peluca, la autopista hasta alcanzar un atestado Cantocochino donde calmamos la sed con unas merecidas cervezas (excepto la pobre Dori que no puede beber ese regalo rubio de los dioses y que en esta ocasión fue la única representante femenina en nuestra cordada). Seguimos bajando junto a la vera de un "playero" Manzanares hasta el Tranco donde subimos al coche para regresar a la Morcuera. Fueron unas 8 horas de tranquila marcha hasta Cantocochino pero sin duda el paisaje merecía tal dilación en el tiempo. En definitiva una gozada de jornada montañera.

Collado del Miradero


viernes, 5 de agosto de 2011

200 años de la ascensión al Jungfrau

Un artículo relacionado con la historia del montañismo para terminar la semana. Está relacionado con la celebración del 200 aniversario de la conquista del Jungfrau (Suiza). Aquí os dejo el post.

Ayer, 3 de agosto, Suiza conmemoró el 200 aniversario de la primera ascensión a la Jungfrau, uno de los cuatromiles más míticos de los Alpes, que da nombre a toda una región y que es célebre en todo el mundo gracias al ferrocarril cremallera que sube hasta sus pies.

Tal y como sucedió con Zermatt y Chamonix, los pioneros del alpinismo empezaron a descubrir las cumbres del Berner Oberland a principios del siglo XIX, convirtiendo a Interlaken, Grindelwald, Wengen, Mürren y Lauterbrunenn en el centro neurálgico del turismo de montaña a los pies de la Jungfrau.

Por aquel entonces, las grandes cumbres suizas permanecían vírgenes, atrayendo el interés de alpinistas y turistas (la mayoría ingleses) a la región. Los cazadores y los pastores de la zona no tardaron en convertirse en auténticos guías de montaña, pues conocían como nadie la zona y sabían interpretar con fiabilidad los avisos de la madre naturaleza.

Precisamente fueron dos cazadores de Fiesch (Valais), Alois Volker y Joseph Bortis, quienes guiaron a los hermanos Johann Rudolf y Hieronymus Meyer hasta la cumbre de la Jungfrau (4.158m). Fueron los primeros en llegar, en 1811, tras cuatro días de travesía desde el Lötschental. Tal hazaña trajo consigo un notable incremento de popularidad no solo de la Jungfrau sino de sus cumbres vecinas y sus valles, facilitando la creación de las primeras compañías de guías en la región.

Un año más tarde, los mismos guías Alois Volker y Joseph Bortis, junto a Arnold Abbühl, escalaron por vez primera el Finsteraarhorn (4.273m), demostrando que las grandes cumbres podían ser vencidas. La ascensión a la Jungfrau marcó el inicio de la gran conquista de los Alpes, disparando el número de ascensiones y el interés deportivo y científico por las grandes cumbres suizas. Con el paso de los años, la región se convertiría en todo un referente global a nivel de esquí y deportes de montaña, evolucionando hasta la actualidad.

La región de la Jungfrau celebra, desde el 30 de julio hasta el 7 de agosto, una serie de actos conmemorativos donde encontramos un interesante ciclo de conferencias a cargo de alpinistas de nivel, como Thomas Ulrich o Stephan Siegrist. El día 3 de agosto la pequeña población de Wengen, situada en una impresionante terraza por encima del valle de Lauterbrunnen, a los pies de la Jungfrau, recibió la visita del Consejero Federal Ueli Maurer, quien presidió un acto oficial en memoria de la primera ascensión.

La sección de Lauterbrunnen del CAS (Club Alpino Suizo), activa desde hace cien años y la Asociación de Guías de Montaña de Grindelwald, fundada hace 125 años, participaron activamente de la celebración, pues su labor divulgadora y profesional a la hora de dar a conocer la Jungfrau al mundo merece el reconocimiento que se les otorgó.

Para la ocasión se ha puesto a la venta el libro “Jungfrau, 200 Jahre Jungfraugipfel”, (solo en alemán), escrito por Peter Brunner, donde se rinde homenaje a la conquista de la Jungfrau, a los 125 años de Asociación de Guias de Grindelwald y a los cien años de la sección CAS de Lauterbrunnen.

Hace una década, con motivo del 140 aniversario de la hazaña, un grupo de alpinistas británicos y de guías de montaña suizos ascendieron al Jungfrau recreando la primera ascensión, usando ropa y material del siglo XIX. Durante los diez días de expedición, consiguieron ascender también al Mönch.

jueves, 4 de agosto de 2011

Senda del Genaro

Os remito información sobre una nueva oferta senderista en nuestra sierra. La llamada Senda del Genaro que bordea el embalse del Atazar. En la página web que os refiero más abajo teneís información muy completa.

El circuito completo se podrá hacer en seis jornadas.
La Mancomunidad del Embalse del Atazar ha lanzado el pasaporte de la “Senda del Genaro” (GR 300) que viene a ser un pasaporte parecido a la famosa compostelana del Camino de Santiago.

La idea es que la gente complete las seis etapas que forman el GR 300, ya sea caminando, en bicicleta o caballo/burro. El GR 300 Senda del Genaro, une los pueblos ribereños al Embalse del Atazar y tiene como característica particular que es un recorrido circular que se puede hacer en varios días.

El pasaporte de la Senda del Genaro se puede pedir y sellar en los museos, ayuntamientos, puntos de información, bares y restaurantes de El Atazar, El Berrueco, Cervera de Buitrago, Patones, Puentes Viejas y Robledillo de la Jara. Los establecimientos en los que se puede sellar el pasaporte se identifican por un distintivo.

Más información y guía interactiva de la “Senda del Genaro” en: http://www.embalsedelatazar.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Camino de Santiago en el Val d'Arán

El Valle de Arán prepara su propio Camino de SantiagoIndependientemente de que al final todos los caminos lleguen a Santiago, existan tantos caminos como caminantes, o que hablemos de un único camino con distintas ramificaciones… lo cierto que quien no quiera ir a Santiago no puede alegar “ausencia de rutas”. Por doquier surgen recorridos que de una u otra forma te acercan a ese “finis terrae” donde brilla con luz propia la tumba del Apóstol (sin entrar realmente a preguntar a quien pertenecen los huesos que yacen en el sepulcro). Pues aquí, como en otras cosas importa más el sentido que la fría realidad.

Pues bien, a este ya largo catalogo da caminos se suma el proyecto presentado “La Asociación de Amigos del Camino de Santiago en la Val d’Aran” que acaba de culminar la primera fase del proyecto de una ruta jacobea que une Saint Bertrand de Cominges y Roda de Isábena a través de la Val d’Aran. Aquí os dejo la publicación. (La verdad que podría ser una opción interesante para algún año)

“La Asociación de Amigos del Camino de Santiago en la Val d’Aran comenzó hace dos años a dar forma a la hipótesis de que una de las antiguas vías de peregrinos entrara en España por el Valle de Arán. El punto de partida era evidente: si no hubiese existido ese camino, ¡qué sentido tenía la presencia de un hospital construido en el siglo XIII en la vertiente sur del puerto de Viella!

Tras dos años de estudios y trabajo sobre el terreno buscando los caminos que permitieran ir desde Saint Bertrand de Cominges, en Francia, a Roda de Isábena, en la Ribagorza aragonesa, a través de la Val d’Aran, la Asociación presentó el resultado el pasado jueves 28 de julio en el Conselh Generau d'Aran.

Y el resultado es un itinerario de 150 kilómetros, 170 para los ciclistas, que parte de Saint Bertrand y utilizando una nueva vía ciclista entra en el Valle de Arán por Pont de Rei. Una vez en el Valle de Arán, la ruta jacobea discurre por el Camí Reiau y sale del valle por el camino del Puerto de Viella, la única vía que comunicaba el valle con la . A partir de ahí, el camino utiliza senderos de pequeño recorrido y caminos vecinales hasta Pont de Suert, donde cambia de dirección para dirigirse hacia el oeste, hacia Vilas del Turbón, donde de nuevo toma rumbo sur hasta llegar a Roda de Isábena.

Ahora comienza la segunda fase, que es la de señalización, una labor que la Asociación confía en que las administraciones de los tres territorios que atraviesa el “camino aranés” comiencen a hacer durante lo que queda de verano. Para ello se va a utilizar la clásica vieira amarilla sobre fondo azul. En estos momentos, la Asociación está poniendo en marcha una página web con toda la información necesaria para hacer el camino aunque éste no esté todavía señalizado. Hasta que la página esté activa, se puede solicitar la cartografía GPS en la dirección electrónica caminoaranes@gmail.com.

Por ahora, según reconoce el presidente de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago en la Val d’Aran, José Fernández, los caminantes tendrán que hacer uso de los alojamientos privados para pasar la noche, ya que no hay ningún albergue para peregrinos. “El alojamiento no representa ningún problema –asegura José Fernández– porque toda la ruta, sobre todo en la parte aranesa, está bien dotada de instalaciones hoteleras para todos los gustos y bolsillos”.

Los promotores del Camino aranés calculan que los peregrinos a pie pueden recorrer todo el itinerario en ocho etapas bastante cómodas, a excepción de la que corresponde al puerto de Viella, que es inevitablemente larga y sacrificada. Por su parte, los ciclistas pueden cubrir el viaje en seis etapas”.

martes, 2 de agosto de 2011

Travesía Puerto Cotos-Fuenfría-Puerto de Navacerrada

Domingo 24 julio

Con un poco de retraso os mando una pequeña crónica de nuestra travesía del domingo 24. Fuimos sólo Jose y yo. Comenzamos a las 8.20 desde el Puerto de Cotos y a eso de las 3 ya habíamos acabado. Pillamos un dia de frío (bastante impropio para un mes de Julio) que hizo que andar por parte del recorrido, la más aérea, fuera bastante desapacible. El recorrido muy bonito y variado de unos 17 kilometros que se puede repetir con el grupo "completo".

Comenzamos junto a la estación de Cotos para comenzar un rápido descenso por un camino balizado con manchas de pintura amarillas. Es el camino viejo del Paular, una antigua vía que comunicaba esta Cartuja con la Granja de San Ildefonso. El camino, ahora una amplia pista forestal está arreglado y se baja muy bien. Alcanzamos así la carreterilla asfaltada, sin tráfico rodado que atraviesa el pinar de Valsain. Giramos a nuestra izquierda y seguimos el tranquilo descenso, contemplando esos inmensos pinos que jalonan el itinerario como altivos mástiles que se elevan al cielo. Junto a las pinturas amarillas hay muy escasas pinturas del GR, que venimos siguiendo desde el puerto y nos acompañará hasta la Fuenfría (aunque alguien debería pensar en repintarlas y colocar algunas en cruces estratégicos, en que brillan por su ausencia). Nuestro camino desemboca y va a morir en la ajetreada carretera, justo al final de las Siete Revueltas, hay que cruzarla con cuidado y bajar unos cientos de metros por el arcén. Justo después de pasar la abandonada casa de postas o "venta de los mosquitos", tomamos un camino que sale a nuestra izquierda. Donde comenzamos a ver de nuevo las marcas del GR.

Hemos perdido unos 400 metros desde Cotos que ahora tenemos que comenzar a recuperarlos. Pasamos junto a un pequeño monolito puesto en memoria de un soldado "desaparecido" en 1937. Pero cuyo cadáver no ha sido encontrado. El camino sigue siendo igual de cómodo pero comienza a elevarse, teniendo alguna que otra rampa más o menos dura. Dejamos la pista asfaltada que sube hacia la fuente de la Fuenfría (nos serviría igualmente para alcanzar el puerto pero con más vueltas). Tomamos un amplio camino carretero por donde avanza el GR, aunque las señales del mismo en este punto crucial brillan por su ausencia. Este camino sube ya decididamente, finalmente llega a una pequeña vaguada donde hay que vadear el rio, en esta época de caudal bastante menguado, y reconvertido en senda asciende muy fuertemente hacia el puerto.

Por fin a eso de las 11 alcanzamos el puerto de la Fuenfría, muy concurrido. Paramos un poco para reponer fuerzas y sentimos ya el frío, presagio de lo que nos espera más arriba. Volvemos al camino solitario y nos enfrentamos a la áspera loma que nos llevará a coronar el Cerro Ventoso, bastante incómoda de subir, y que al final la mejor opción es ascender por la vía directa evitando las zonas de pequeñas pedreras que aparecen diseminadas de aquí a allá.

La zona de Cerro Ventoso es bastante desconocida, sin embarga esta estrecha planicie tiene vistas agradecidas, sobre todo del macizo de Siete Picos que ya contemplamos a nuestra derecha. Atravesamos la mesetilla para bajar por evidente camino hasta el collado Ventoso, otra zona animada y concurrida, verdadera encrucijada  de caminos. Sin más nos enfrentamos a la tarea de subir el tramo final que nos aupará hasta el objetivo: la escotadura entre el sexto y quinto pico. Sin embargo esta subida, como ya llevamos bastante calentamiento previo, se antoja cómoda, además el camino no presenta grandes problemas. Y alcanzamos nuestro objetivo, somos recibidos arriba por un intenso aire frío, muy desagradable y que nos lleva a enfundarnos todo lo que tengamos de ropa. Suerte que Jose me pudo dejar un chubasquero que algo me alivió. Estamos casi en los 2100 metros, así que habremos ascendido unos 700 metros más o menos.

Recorrimos la estrecha plataforma donde se acumulan los montones de piedras que van conformando las distintas cimas de siete picos. Nos colocamos debajo de la "ventana de diablo", y fuimos observando esa curiosa arquitectura de caos de rocas de granito modelada por siglos de tiempo. Muy lejos a la izquierda contemplamos el puerto de Cotos, donde comenzamos la singladura hace ya algunas horas. Nuestro camino es ahora sencillo, sólo hay que prestar atención en el paso del segundo pico, un tanto incómoda de flanquear. Alcanzamos el primer pico, el más alto, con prisas para bajar y buscar alguna zona más "calentita". Comienza un rápida bajada por un claro sendero que ofrece varias alternativas. Es la zona donde vemos más caminantes pues nuestra ruta, salvo puntos concretos, estuvo bastante solitaria. Por fin cercr ya del cerro del telégrafo encontramos una zona resguardada donde tomar el bocadillo. Desde aquí hasta el puerto ya queda poca historia que contar. A las tres alcanzamos la venta Arias, donde un café nos sirvió de punto final a esta bonita travesía.  

viernes, 22 de julio de 2011

Vall de Sorteny

Os sigo remitiendo información de parajes interesantes de nuestro suelo peninsular, esta vez le toca a este rincón andorrando.

Parque Natural de la Vall de Sorteny: un museo al aire libre
En el parque se encuentran más de setecientas especies de flores y plantas para descubrir mediante rutas guiadas o por libre. Los senderistas se pueden hospedar en el refugio que se encuentra en el parque a más de 1.900 metros de altura.

Andorra, con una superficie de 468 kilómetros cuadrados, acoge en sus fronteras tres espacios protegidos de gran belleza y de enorme valor natural: El Parque Natural de la Vall de Sorteny, el del valle del Madriu-Perafita-Claror y el Parque Natural Comunal del Valle del Comapedrosa. De todos ellos, destaca por su flora el Parque Natural de la Vall de Sorteny: más de 700 especies de flores y plantas, algunas exclusivas de los Pirineos, que se pueden contemplar en una visita al jardín botánico.

Este parque de más de 1.000 hectáreas es un espacio protegido y de gran interés desde el punto de vista científico, histórico, educativo y paisajístico y cuenta en su interior con numerosas rutas de diferentes niveles de dificultad para descubrir los secretos del parque, bien en compañía de un guía, bien por libre.

Una buena manera de conocer los ejemplares de fauna y flora es mediante los dípticos elaborados por el parque y que recogen para los visitantes toda la información que necesitan para identificar los puntos en los que se encuentran, aunque algunos de los animales resultan difíciles de ver.

Entre las especies que pueden divisarse en el parque se encuentran la rana roja, el rebeco, la marta o el tritón pirenaico, dispersadas por el parque, en su hábitat natural. En lo que se refiere a la observación de la flora, hay que tener en cuenta las épocas de floración de las diferentes especies, aunque en su mayoría se producen en julio

Dentro del parque se pueden hacer tres rutas guiadas: Pájaros, mariposas y zonas húmedas presentes en el parque natural (3 horas); Fauna y flora alpina, subalpina y lago, que conduce hasta el lago del Estanyó (4 horas), y Paisajes de circosglaciales y bosques viejos (3 horas), ruta que sigue el camino por la collada de Meners y el Pico de la Serrera.

En el parque confluye otro camino de mayor duración y dificultad, pensado para senderistas más expertos: el GRPaís, dividido en siete etapas, que atraviesa el Valle de Madriu-Perafita-Claror (Patrimonio Mundial), el Parque Natural del Valle de Sorteny, el Parque Comunal Natural de los Valles del Comapedrosa, y las reservas de caza del valle de Enclar y del valle de Ransol.

Aquellos que lo deseen pueden dedicar más tiempo a conocer el Parque Natural del Valle de Sorteny y dormir en el refugio Borda de Sorteny, un refugio libre a 1.965 metros de altura, con increíbles vistas y al que solo se puede acceder a pie, caminando unos 30 minutos.

jueves, 21 de julio de 2011

Excursion domingo 24 julio

Todavía con el Valle de Arán en nuestra cabeza, y nuestros sentidos, regresamos a los escenarios serranos como quien regresa a casa después de un viaje. La propuesta para el domingo, aunque se fija en un objetivo de sobra conocido -si es posible conocer a fondo las montañas por mucho que las pateemos-, accederemos al mismo por una "vía" totalmente inédita. Partiendo del Puerto de Cotos, iniciando un rápido descenso hasta la venta de los Mosquitos, y remontando altura ya sin pausa hasta situarnos en la estrecha plataforma, donde se apiñan esos característicos promontorios rocosos que conforman Siete Picos. Aprovechando la ocasión para asomarnos por la airosa Ventana del Diablo. Y concluyendo nuestro periplo en el Puerto de Navacerrada.
De esta forma nuestra marcha conecta dos poderosos macizos: el de Peñalara y Siete Picos, que parecen mirarse frente a frente, separados por el profundo valle de Valsain.
Esquema del recorrido:
PUERTO DE COTOS (1830 m.)
CAMINO VIEJO DEL PAULAR
PISTA FORESTAL (GR 10.1)
VENTA DE LOS MOSQUITOS (aprox. 1300 m.)
PUERTO DE LA FUENFRIA (1796 m.)
CERRO VENTOSO (1965 m.)
COLLADO VENTOSO (1896 m.)
6º PICO (2092 m.)
RECORRIDO 6º AL 1º PICO (2138 M.)
CERRO DEL TELEGRAFO (1978 m.)
PUERTO DE NAVACERRADA (1860 m.)

viernes, 8 de julio de 2011

VALLE DE ARAN. Primera crónica

Encants y lago Sant Maaurici
Acabo de regresar, prácticamente, de nuestros intensos días araneses, todavía con las imágenes vívidas que el tiempo convertirá en inolvidables. La mente progresivamente va serenándose pero, todavía, en los dinteles de la memoria se conserva fresca la impronta de todos aquellos rincones que han ido asombrando a nuestra retina.

Esta vez el tiempo repartió suerte desigual, dos jornadas magníficas, una pasada por agua –en parte-, y otra que comenzó bastante bien y acabó torciéndose. Pero incluso el mal tiempo tiene algo se sublime cuando se está en el país de las montañas.

Las excursiones no desmerecieron aunque las incidencias, climatológicas, supusiesen cambio de programa. Sin perjuicio de un comentario más detallado más adelante fueron éstas:

- La primera jornada, una travesía entre Saint Maurici y Bahns de Tredós, atravesando el Circo de Colomers y subiendo, opcionalmente, al Tuc de ratera que nos regaló una visión asombrosa del paisaje lacustre a sus píes.

Lago de Besiberri
- El segundo día, en el que hubo varias opciones, una minoría subimos al lago Besiberri, el “circo pirenaico perfecto”. Allí mientras Clara, Salva, Alfonso y Jesús, subían un poco más hasta el segundo lago, yo me quedé en el primero por espacio de una hora y media, solo, rodeado por una naturaleza y un escenario que rebasaría cualquier calificativo y que me deparó un crisol de sensaciones que creo no podré olvidar. Experimentamos también como cambian las condiciones climatológicas velozmente, y lo que fue una apacible mañana fue trucándose en una tarde tormentosa que no nos ahorró el remojón final aunque ya en una zona fácil de transitar.

- El tercer día, el de peor tiempo, atravesamos la frontera y ya en el lado francés fuimos al estrecho valle de Lys, cerrado espectacularmente por unos contrafuertes montañosos donde contrastaba el verde profundo e intenso de la apretada vegetación, con las cintas blancas del agua que se despeñaba por las cascadas. En teoría era un fácil camino hasta un collado, para situarse en la parte superior de la cascada y bajar por otro sendero acompañando su soberbio salto al vacío. Sin embargo un pequeño despiste y el terreno resbaladizo por la lluvia que se empeñó en acompañarnos lo hicieron un poco más largo y sufrido. Tuvimos que comernos el bocadillo en el interior de los coches, aunque otros optamos por regresar al hotel y descansar en Vielha mientras escampaba el breve temporal-

- por fin el último día teníamos la gran cita con el Montardo, la cumbre aranesa por excelencia, un macizo impresionante cuando se le mira desde abajo, en el aparcamiento donde se dejan los coches y se toman los taxis que trasladan al punto de partida. Es una subida larga y continua con un desnivel de casi 1000 metros y que se puede dividir en cinco tramos separados por pequeñas zonas de descanso. En cada tramo el decorado es distinto y diversas también las sensaciones y los trabajos a realizar.

Desde la cumbre del Montardo
La visión desde la cumbre recompensa todo esfuerzo, 360º de Pirineos a nuestros pies, neveros relucientes, lagos de azul enquistados en el gris del granito, valles profundos, pedregales inmensos, cretas, picos, praderas herbosas que se asoman al vacío, y el Aneto y las Madaletas al fondo y muy abajo en un fondo casi vertiginoso el aparcamiento donde unas cuatro horas antes dejamos los coches. Comimos en la cumbre notando como la montaña viva latía poderosamente a nuestros pies.
En fin, con todo el equipaje cargado de sensaciones regresa el viajero a su vida cotidiana, reflexionando acerca de las cosas y de sus diferentes tiempos, y que  hay un tiempo, limitado, para cada cosa... pero no debemos olvidar otros paisajes que estos días nos han regalado, si se quiere más intimistas: el calor de la buena compañía, los amigos y las amigas que los pasos compartidos nos han ido dando, la tranquilidad y el sosiego del valle escondido, la calidez del trato en el hotel...hemos recargado bien las pilas para afrontar nuevas travesías.

“El paisaje es el lugar de la existencia, es parte de la existencia y los grandes paisajes tienen la virtud de potenciarla. Porque nuestra relación con el entrono está llena de significados vitales...”
(Eduardo Martinez de Pisón)


martes, 28 de junio de 2011

UN RECESO

Estamos preparando nuestra gran escapada a esa especie de valle secreto que conforma la Val d’Aran. Se impone por tanto que este blog guarde silencio por algunos días. Os dejo un precioso texto de una maestra zen acompañado de algunas fotografías de nuestro anterior viaje a Aran en el 2007. Dejar algún espacio para cultivar vuestro camino anterior.

“Somos meros remolinos en el río de la vida. En su largo recorrido corriente abajo, el río golpea muchas rocas, ramas o irregularidades en su lecho, ocasionando remolinos espontáneos aquí y allá. El agua que casualmente se adentra en uno de ellos no tarda en reintegrarse en el río para formar parte de otro y volver luego a seguir su camino. 

Pero por más que, durante breves periodos de tiempo, el agua de un remolino parezca un evento separado y claramente diferenciado, no deja, en ningún momento, de ser el río mismo. La estabilidad que posee un remolino es provisional…

Pero nosotros preferimos pensar que el pequeño remolino que somos no forma parte de la corriente, preferimos considerarnos como algo permanente y estable e invertimos toda nuestra energía en tratar de proteger nuestra supuesta separación y, para ello, establecemos fronteras fijas y artificiales.
En consecuencia, acumulamos un exceso de equipaje que nos impide escapar del remolino en el que nos hemos estancado y volver nuevamente a fluir.

Así es como nos quedamos atrapados en un remolino en que el agua está cada vez más sucia, mientras nuestra frenética reacción despoja de agua a los remolinos vecinos”.

“Vives en las ilusiones y en la apariencia de las cosas,
Existe una realidad y tú eres esa realidad.
Cuando la reconozcas, te darás cuenta que no eres nada
Y, al no ser nada, lo serás todo. Eso es todo “